una propuesta para un viaje inolvidable
La ciudad de Valencia fue el destino final que acogió al Santo Grial, la reliquia más buscada y más importante para la cristiandad. Una ciudad que fue la urbe medieval más importante del Mediterráneo, un crisol cultural y comercial, capital del antiguo Reino de Valencia que formaba parte de la poderosa y antigua Corona de Aragón.
Una vez conocida la noticia que el Santo Grial estaba custodiado en la ciudad de Valencia, primero en el Palacio Real y después en la Catedral, se empezó a iniciar una ruta de peregrinación, de devoción, en especial desde la antigua Corona de Aragón, donde tenía ya una gran predicación pues fue el territorio donde permaneció más de mil años y el principal camino medieval que unía las tierras aragonesas y catalanas con Valencia, los Caminos Reales, que se convirtieron no solo en unos caminos comerciales, de tránsito de mercancías, correos, carruajes y postas, sino también una ruta de viajeros y peregrinos, que fueron los primeros turistas desde la Edad Media.
La Ruta del Grial tiene en la Comunitat Valenciana la hospitalidad de sus gentes, la devoción de sus sentimientos y la belleza de sus poblaciones que nos permiten realizar una experiencia turística única, sorprendente y inolvidable por las siguientes poblaciones de la Ruta del Grial:
Barracas. Aquí podemos descubrir aun algunas huellas de aquellos viajeros en búsqueda del Grial como son la Iglesia de San Pedro Apóstol, de estilo gótico, con fachada sobria y elegancia interior. Y una de las Obras Conmemorativas dedicadas a la Ruta del Grial, realizada por el escultor Antonio Peris Carbonell, que representa una escena medieval del Rey Alfonso el Magnánimo y el Santo Grial.
Montanejos, nos permite conocer algunos lugares que aún recuerdan el paso de los viajeros como el bello puente acueducto de San José, la Torre de Montanejos, herencia monumental de su pasado islámico y la tradición milenaria del olivo en su antigua almazara ahora reconvertida en museo de interpretación turística del aceite.
Cirat, con calles tortuosas todavía conservan la trama medieval que conocieron los primeros caminantes de la Ruta del Grial y en las que podemos observar la mezcla de las tres culturas que convivieron en esta zona: la zona cristiana, la morería y la judería. La Torre del Conde y los restos del imponente castillo de Cirat son testimonios de su importante papel de defensa de un territorio de frontera de antiguos reinos y caminos reales. Un museo en el centro urbano de Cirat nos enseña el legado etnográfico que aún se conserva en esta pintoresca población.
Caudiel aún perdura el perfil histórico de la repoblación cristiana tras el dominio del rey Jaume I, con los restos de sus antiguas murallas. Sinuosas calles estrechas, antiguas fuentes y lavaderos que la gente del pueblo todavía utiliza y algunos interesantes monumentos fueron vistos por los viajeros del Grial, como la iglesia parroquial y el convento de las Carmelitas
Jérica, sobresale su torre campanario de estilo mudéjar, conocida popularmente como Torre de las Campanas o de la Alcudia o el Castillo cristiano de Jérica al igual que la ermita gótica de San Roque, la monumental iglesia arciprestal de Santa Águeda, también conocida como “La Nueva” y la enigmática iglesia del Cristo de la Sangre, promovido por los capuchinos que fundaron un antiguo convento en esta villa, actualmente ya desaparecido. Ellos fueron los que trajeron la devoción del Cristo de la Sangre a la localidad. “Son tanto los favores recibidos que decidimos nombrar patrón al Cristo de la Sangre y dedicarle una iglesia”. Ello nos evoca a la veneración ancestral en estos lares hacia el Grial.
Navajas, calles sinuosas y encumbradas de origen morisco que contrastan con el arrabal de casas modernistas y jardines, origen de los primeros turistas adinerados que llegaron a este municipio. La iglesia parroquial de la Virgen de la Luz con su esplendido camarín, la señorial casona sede del actual Ayuntamiento y la histórica y robusta Torre de Altomira, de origen islámico, son buenos lugares donde detenerse con calma. A poca distancia del centro urbano de Navajas, nos sorprenderá gratamente un paraje natural único, el Salto de la Novia, que se precipita desde 30 metros de altura sobre las aguas del rio Palancia formando una cascada espectacular.
Altura, destacan dos enclaves de gran interés histórico artístico y que tienen relación con el paso de la devoción a la santa reliquia del Grial por estas tierras. Son la Cartuja de Vall de Crist y la Cueva Santa. La Cartuja del Vall de Crist, situada a las afueras del centro histórico de Altura, fue fundada a finales del s. XIV por deseo del Infante Martín, futuro rey Martin el Humano y aun conserva la solemnidad de uno de los monumentos más importantes del histórico Reino de Valencia.
Segorbe, heredera de su pasado prehistórico celtibero, su pertenencia a Roma, de la visigótica Segóbriga, feudo del rey moro Zeit y señorío de María de Luna, esposa del rey Martin el Humano, que fueron los artífices por su gran devoción a la reliquia cristiana de trasladar el Santo Grial de las escondidas montañas del Pirineo hasta las dependencias de la Casa Real de la antigua Corona de Aragón y por ende hasta Valencia. En Segorbe es indispensable visitar su enorme y majestuosa Catedral Basílica de Segorbe, construida sobre la antigua mezquita tras la conquista. Es la sede de la Diócesis de Segorbe-Castellón, cuya creación tuvo origen en el s.VI. Y si queremos respirar sosiego y meditación podemos irrumpir en el claustro medieval de esta insigne catedral, un lugar sagrado que vio pasar a los caminantes peregrinos del Grial.
Soneja merece la pena darse una vuelta por el centro de la población para detenerse en las numerosas fuentes, como la de San Juan, primera fuente de agua corriente inaugurada el 1891, la fuente lavadero de la Miral y la Fuente de San Antón, bello rincón del casco histórico con la arquitectura popular del Alto Palancia. Las huellas de la historia quedan reflejadas en la Soneja medieval, con mezcla islámica, en el horno moruno de la Moratilla, en el aljibe de la antigua cisterna, en el palacio de los duques de Montellano, en la Iglesia de San Miguel Arcángel y en la muralla carlista que aún resta en pie (BIC).
Algimia de Alfara, rodeada de campos de naranjos y huertos regados por la ancestral acequia de Sagunto. El pueblo se forjo en época andalusí y tras la conquista cristiana fue poblado por moriscos hasta su forzada expulsión de 1609 que la dejó casi deshabitada. Su principal patrimonio histórico artístico es la iglesia de San Vicente Ferrer, obra de estilo barroco.
Torres Torres, vale la pena llegar a pies de la única de las cuatro torres que restan en pie para divisar el esplendor panorámico de las huertas y sobre todo a los baños árabes mejor conservados de la Comunidad Valenciana, restaurados para hacerlos visitables al público. Aún conservan el esquema típico de baño árabe, el hammam, y por otra parte heredan la estructura formal de los baños romanos, adaptándolos a sus necesidades peculiares y a su sentido social de la práctica religiosa.
Estivella, por la que atravesaba el ancestral camino de peregrinos hacia Valencia. Destaca la Iglesia de los Santos Juanes, el acueducto romano de Els Arcs y la ermita de la Santa Cruz en la cima del Garbí, desde donde se pueden contemplar vistas espectaculares, a pesar de que queda bastante alejada de la ruta.
Gilet, en plena Sierra Calderona, se halla uno de los conjuntos monumentales más relevantes de la Ruta del Grial. Se trata del Monasterio de Sancti Espíritu, fundado en 1402 por María de Luna, esposa del rey Martín El Humano, gran protector de la reliquia del Santo Cáliz. El conjunto monástico paso por diversas ordenes hasta llegar a los franciscanos en el s. XVII. También tuvo abandonos prolongados, destrucciones por piratería y uso militares como un hospital de sangre durante la Guerra de Sucesión. La obra actual es heredera de la realizada en los años 1690 al 1692 por los monjes franciscanos. Merece la pena visitarlo con la calma y devoción que pudieron hacer los peregrinos del Grial para contemplar el retablo de la iglesia del cenobio.
Sagunto, es una ciudad para recorrerla con los ojos bien abiertos para descubrir el lento paso de la historia y de sus civilizaciones, donde la Ruta del Grial también ha dejado sus huellas impregnadas en monumentos, en sus festividades populares y en su rica cocina local. Aconsejamos primero coger fuerzas para ascender a pie o con el servicio del “trenet turístico” a la impresionante mole fortaleza del castillo de Sagunto, declarado Monumento Nacional, que sobrecoge por su rocosa muralla que protegía la antigua ciudadela, crisol de civilizaciones (iberos, romanos, musulmanes, judíos, cristianos hasta la actualidad) y atalaya panorámica del Campo de Murviedre. Un recorrido por esta fortificación y sus siete plazas de armas nos muestra el enclave estratégico que fue Sagunto para el paso de los peregrinos del camino del Grial.
El Puig de Santa María tiene en su Real Monasterio un Monumento Histórico-Artístico Nacional de gran relevancia. Fundado por voluntad del rey Jaume I para custodiar la milagrosa imagen en piedra de la Virgen María y protegida por la Orden de la Merced la guardia a perpetuidad de este legendario santuario. Sus cuatro esbeltas torres coronan un conjunto que combina la residencia monacal con espacios culturales de gran belleza artística como el Museo de la Imprenta, el más importante de Europa tras el de Maguncia y los dos claustros de este majestuoso lugar.
Massamagrell, destaca el paraje eremítico del Convento de la Magdalena, levantado en 1547 por parte de monjes capuchinos y la monumental Iglesia barroca de San Juan Evangelista, conocida popularmente como la Catedral de l’Horta Nord y en la que despunta su fachada rococó. Aquí no podemos marchar sin antes acercarnos a la espectacular Obra Conmemorativa de la Ruta del Grial, titulada la Ultima Cena, ideada y creada por el artista Antonio Peris y promovida por Turisme Comunitat Valenciana.
Alboraia, a las puertas de Valencia y entre campos, es conocida turísticamente por su excelente horchata de chufa. Su centro histórico aún conserva su trazado original combinando casas rurales con construcciones modernistas y de art decó, como el Mercado Municipal, el Teatro Agrícola o el Puente del Moro y algunos sitios curiosos como la fuente dedicada a “Tirant lo Blanc” o el monumento a Blasco Ibañez.
Valencia es el destino final de la Ruta del Grial por la Comunitat Valenciana. Hasta llegar al cenit de la Capilla del Santo Grial en la Catedral de Valencia podemos realizar una ruta a pie o en bicicleta para descubrir una serie de lugares, monumentos, como el Palacio Real, el Museo de Bellas Artes, el Puente de la Trinidad, la Iglesia y el Palacio del Temple, el Museo del Patriarca o del Corpus Christi, la Iglesia de San Martín Obispo y San Antonio Abad, entre otros.
La Catedral de Valencia es punto y final del destino de la Ruta del Grial. Situada en el epicentro de la histórica urbe medieval de Valencia, se levanta majestuosa dominada por su torre campanario, conocido popularmente como “Micalet”, al que se permite su subida por una pintoresca escalera de caracol para tener la experiencia maravillosa de una vista panorámica irrepetible. Recorrer los tesoros de la seo valenciana y culmina esta singular y experiencial ruta del Grial, como no podría ser de otra manera, en la Capilla del Santo Grial, que fue venerado en la Catedral desde 1437 y que pasó a la Capilla del Santo Grial en 1916.